viernes, 27 de marzo de 2009

Una verdadera ley de la jungla

Si alguna vez esperaste un tren en el andén de la estación Once del Sarmiento, sabrás de lo que estoy hablando. La estación Once es la terminal, o sea que ahí empiezan y terminan los viajes. El tren llega al andén, y lo esperan filitas de gente ansiosa por ingresar. Pero hete aquí que dentro del tren hay gente, que desea salir del vagón, ya que han llegado a su destino. Mientras el tren va frenando, la gente que espera va dando ridículos pasitos hacia adelante, como acercándose al borde para estar más cerca de la puerta. Y cuando el tren abre sus puertas, toda la amabilidad y el civismo (?) de las personas se esfuma por completo, y todo el mundo trata de ingresar por la angosta puerta de manera desenfrenada, empujando a mujeres y ancianos, todo para conseguir un estúpido asiento. Yo prefiero ahorrarme el mal momento e ingresar pacíficamente, y si quedó un asiento vacío, mejor. No se, tal vez sea porque nací por cesárea.

lunes, 23 de marzo de 2009

Which is which and who is who

¿Nunca les sucedió escuchar consuetudinariamente algún programa de radio cuyo conductor no hayan visto nunca, y que luego de varios meses, o incluso años, tengan la posibilidad de, finalmente, verle la cara en algún diario o programa de televisión, y que su apariencia sea completamente distinta a cómo lo imaginábamos? Porque es inevitable, si uno escucha una voz, imaginarse la caripela del que está hablando. De la misma manera que uno imagina los lugares y personajes de un libro que está leyendo.

viernes, 13 de marzo de 2009

¡Te juro que me salía!

Qué mala pasada nos juega el cerebro cuando nos sentimos observados y evaluados. Por ejemplo cuando, de casualidad, nos cruzamos con un aro y una pelota de basket, y comenzamos a probar tiros desde diferentes ángulos y comprobamos que la embocamos seguido, pero cuando viene alguien a mirar, nuestra habilidad se esfuma por completo y empezamos a tirarla afuera. La mente, que hasta el momento estaba feliz, calculando ángulos, peso de la pelota, potencia de los brazos y todo tipo de fórmulas físicas(?) empieza a pensar cosas tales como "tengo que demostrar lo bien que tiro" o "realmente soy bueno en esto, puedo tener futuro como basketbolista" o "ahora va a ver este, le voy a demostrar lo bueno que soy". Y ahí la cagamos.

sábado, 7 de marzo de 2009

Cuidado con la garrafaaaaa... ¡boooooom!

¿Por qué cuando un error es grave se lo denomina "error garrafal"? ¿Qué relación tiene una garrafa con la gravedad de un error? ¿Acaso todo lo que uno haga con una garrafa reviste gravedad? Claro, al escuchar esta expresión, rápidamente nos imaginamos una garrafa explotando a causa de nuestra impericia... Igualmente, en el único ámbito donde escucho sobre errores garrafales es en el futbolístico, más precisamente aplicado a defensores o arqueros.